Soy una auténtica fan de las escapadas rurales, de vez en
cuando apetece alejarse un poco del ajetreo de la ciudad y acercarse un poco a
la naturaleza, comer un poquito de
comida casera, respirar aire puro...
El destino elegido fue Navarra, y la compañía, la de mi
inseparable Javito.
Transporte
Para llegar hasta allí, barajamos varias opciones, pero al
final nos decidimos por ir en coche, ya que eso, nos daría mucha más libertad a
la hora de movernos por la zona, y creo que aunque sea un poco “paliza” para el
fin de semana (450 Km), mereció la pena.
Alojamiento: Hotel & Spa El Mirador de Ultzama
Como lo que buscábamos era precisamente eso, naturaleza y
relax, decidimos alojarnos en un hotel ubicado en pleno Valle de Ultzama, un
entorno espectacular.
Las instalaciones del hotel estaban muy bien. La habitación era bastante amplia y la
decoración en general, sencilla pero elegante.
Y el Spa, no incluido en el precio de la habitación, pero
bastante asequible (12€/persona a disfrutar durante toda la estancia), nos vino
fenomenal para relajarnos al final del
día.
La primera noche, cenamos en el restaurante del hotel. La
calidad de la comida era bastante buena, pero quizás algo caro en comparación
con los restaurantes de la zona (menú 30€/persona).
Además el trato que recibimos fue muy bueno; 100% recomendable.
Naturaleza: El Bosque de Orgi
Muy cerquita del hotel, estaba el Bosque de Orgi, así que nos
acercamos a dar un paseo por allí.
Había varias rutas para hacer senderismo, o simplemente dar un paseo.
Y como veis, un sitio muy bonito y un ambiente muy otoñal.
Comida casera: Casa Exteberri.
Tuvimos la suerte, gracias una muy buena amiga, de que nos
hicieran un hueco en “Casa Etxeberri”, y digo tuvimos la suerte, porque por lo
visto hay larguísimas listas de espera para este restaurante, y porque realmente fue una suerte conocer un sitio así y comer una comida tan rica.
Se encuentra en un pueblito pequeño llamado Goldaratz.
Se trata de un caserón convertido en restaurante, en el que
te hacen sentir como en casa.
...Y como en casa, (cuando no somos nosotros quienes cocinamos), no
tenemos que complicarnos la vida eligiendo qué vamos a comer, ya que “se sirve
lo que hay”, y aunque esto suene algo limitado, creedme que ni os quedaréis con
hambre (podéis repetir de lo que queráis), ni quedaréis decepcionados, más bien
todo lo contrario.
Para beber una botella de sidra natural y otra de vino de la
tierra.
Como entrantes, nos pusieron chistorra, morcilla, y
espárragos.
Y una olla de sopita, y otra de alubias.
Para seguir, bacalao; sin duda, uno de los platos que más me
gustó.
Pero para el postre siempre hay hueco: queso de oveja con
membrillo, torta de almendras y Goxua, que es un postre muy típico de la
tierra, hecho a base de crema pastelera, bizcocho, nata y caramelo.
Como imagináis, aparte de “llenos”, salimos encantados.
Estaba todo buenísimo, el sitio era muy acogedor, el precio sorprendente para la calidad y
cantidad de la comida (24€/persona) y el trato que recibimos muy bueno. Nos
sentimos como en casa.
Turismo: Pamplona
El Valle de Ultzama se encuentra a tan sólo media horita de Pamplona, así que aprovechamos para conocer la ciudad, que por cierto, nos gustó mucho.
Pueblecitos de la zona: Auza
Para cenar el sábado, buscábamos algo cerquita del hotel, y
también casero, y... ¡lo encontramos!
Fuimos a la posada de un pueblecito llamado
Auza.
Nos trataron fenomenal, y cenamos muy bien.
Queso de oveja, membrillo y nueces |
San Jacobo de ternera |
Torrija casera |
Camino de vuelta: Vitoria.
Para que la vuelta a Madrid no fuese tan dura, decidimos aprovechar para hacer una mini parada en Vitoria.
Ya había estado un par de veces antes, pero es una ciudad
bonita para repetir.
Además aprovechamos para tomar unos pintxos en “La malquerida”, ubicado en una callecita con mucho encanto (calle Correría), junto a la Plaza de La Virgen Blanca.
Y probar la famosa tortilla de Sagartoki, ganadora del XII campeonato de España de tortilla de patata.
La verdad es que ha sido una escapada inolvidable. Los
paisajes y el entorno eran espectaculares, toda la gente con la que nos
encontramos nos trató especialmente bien, comimos cosas muy ricas, conocimos
sitios nuevos, descansamos y nos reímos
muchísimo; muchas gracias amigo mío, por un fin de semana tan genial :)