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Muralla Fernandina |
Puentes
Encontramos varios puentes que cruzan el río Duero; no hay mucho más que decir al respecto, así que mejor pasamos directamente a las fotos :)
Matosinhos
Fuera de Oporto, recomiendo visitar Matosinhos; a tan sólo media horita, es sin duda una muy buena opción para pasar unas horas cerca del mar y comer pescado fresquito. Se puede ir en metro, bus y tranvía.
¿Dónde y qué comer?
Vino, Bacalao, franceshina, y pastel de nata. Esos fueron los platos típicos probamos. A destacar el restaurante Molhino du vento, que por un muy buen precio, y una atención excelente comimos de maravilla; el pastel de nata, decidimos tomarlo en el café Majestic, de tal manera que matábamos dos pájaros de un tiro, ya que es uno de los sitios más típicos de Oporto, y aunque un pelín caro (3€ el café aprox), merece la pena visitarlo.
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Embutidos, SuperBock, Vino Verde Bacalao Franceshina |
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Dulces y pastei du nata/ Belem |
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Molhino du Viento: Arroz con Bacalao + Vino tinto + Chorizo a la brasa + Crema |
De compras
Aquellas (y digo aquellas, porque nos conocemos...) que seáis unas fanáticas de las compras, no os preocupéis que en Oporto no os vais a arruinar, ya que no es una ciudad que destaque en este aspecto; la Avda Aliados es la zona comercial por excelencia, aquí podréis "picar algo", pero cuidado con despistarse con la hora, ya que los horarios comerciales (aunque varían según el establecimiento) no son tan amplios como a los que estamos acostumbrados.
Mercado Bolhão
Es también uno de los sitios típicos de la ciudad; con los mercados gourmets tan de moda últimamente, la verdad es que nos quedamos bastante impactadas al llegar, pero merece la pena visitarlo, ya que refleja a la perfección la vida cotidiana de los portuenses, y tiene ese encanto de mercado antiguo que nos trae a la mente a nuestros abuelitos.
Está muy bien conocer los monumentos y puntos de interés turísticos de una ciudad; pero sin duda (desde mi punto de vista), cuando realmente conoces un sitio, es cuando te pierdes en sus calles. Muchas veces nos empeñamos en visitarlo todo, incluso museos en los que en nuestra propia ciudad, no hubiéramos puesto un pie dentro, y cuando el tiempo que tenemos es limitado, nos priva de poder pasear tranquilamente, hacer una parada para tomar un café, o simplemente observar cómo se comporta la gente, que a menudo, suele resultar bastante curioso, ya que varía más de lo que pensamos de una ciudad a otra. Dado que además Oporto no es una ciudad demasiado grande, tuvimos tiempo de sobra para poder poner esto en práctica, y como veis, el resultado fue bastante interesante.
Pequeños consejos
* Ojo con: los aperitivos que te ponen en los bares, en algunos aprovechan para engordarte la cuenta.
*Vida nocturna: hay bastante ambiente, especialmente en las calles (curiosamente, hay más gente en la calle que dentro de los propios bares).
* Portugueses y portuguesas: en general, la gente es muy agradable y dispuesta.
* Transporte: la mejor opción para moverse por Oporto es el metro, en bastante buen estado, y sencillo; aunque el centro puede visitarse andando sin problemas. Destacar que hay un funicular que sube de la ribera del río a la parte alta de la ciudad, aunque el billete es un pelín caro (1,80€ por menos de un minuto de trayecto).
“Una ciudad diferente, perfecta para hacer una mini escapada”.
GRACIAS por vuestros comentarios, y no dudéis en preguntar si me he dejado alguna cosita en el tintero!